Bienvenido a mi blog, un espacio destinado a la salud , bienestar, armonía, deporte, y todo aquello vinculado a la medicina estética.

Mi intención es la de presentarte herramientas que pueden influir positivamente en tu vida, ayudándote a alcanzar o mantener un estado de bienestar mental y físico, para que disfrutes de tu vida con plenitud y salud. Además, podrás compartir estas ideas con quien tu quieras para que otras personas se beneficien de un estilo de vida más saludable.

Mi compromiso es ofrecer una medicina segura y adaptada a las necesidades de cada uno de mis pacientes. Puedo mejorar tu calidad de vida, exaltando la belleza con naturalidad y sin alterar tu esencia.

Me motiva poder guiar e inspirar a las personas, que confían en mi habilidad como médico estético, en cada uno de sus procesos de transformación de imagen y tratamientos anti-edad.

Motivos de consulta en medicina estética

En mi práctica diaria , son incontables las razones que motivan a mis pacientes a visitar mi consulta.

En mi experiencia personal y profesional, existen cuatro variables que siempre se repiten convirtiéndose en común denominador para todos los pacientes.

Sin importar cuál sea su motivo de consulta, las personas siempre muestran interés en conocer si el procedimiento es doloroso, si aparecen hematomas posteriormente, si el cambio será permanente y por último (aunque a veces indagado de primero) cuanto es el coste del tratamiento.

Sobre el dolor

Me atrevo a decir que sobre un 90% de mis tratamientos los aplicó mediante el uso de agujas.

La piel (precisamente la epidermis) es considerada como un verdadero tejido sensorial, ya que aparte de actuar como una barrera protectora, es una lugar importante donde se perciben o reciben diversos estímulos del medio externo. Esto es posible gracias a un gran número de terminaciones nerviosas junto a proteínas sensoriales y neuropéptidos que se encuentran en la epidermis.

Las agujas, al penetrar realizan un corte muy preciso lacerando la piel y otros tejidos. Esto desencadena una señal percibida por el cerebro como un estímulo doloroso, cuya intensidad varía de individuo a individuo.

Por lo tanto, en un gran porcentaje de los tratamientos hay un dolor implícito por la propia naturaleza del procedimiento.

Debido a este hecho y para proveer mayor confort a mis pacientes; en la gran mayoría de los casos aplico anestesia tópica antes del procedimiento. En otros casos realizó anestesia local en la zona a tratar, así como en otros tratamientos no utilizó anestesia porque son excelentemente tolerados sin ella, como por ejemplo botox.

Algunos productos, o por lo menos los HA (hyaluronic acid o ácido hialurónico en español) que utilizó contienen lidocaína en su mezcla. A medida que se van instilando producen un efecto analgesico en la zona tratada produciendo mayor confort para el paciente.

A pesar de que siempre hay dolor y que existe un criterio de individualidad en donde cada quien reacciona de forma distinta ante el mismo estímulo; la intensidad del dolor no es muy elevada. En una escala EVA de dolor del 1 al 10 (siendo 10 lo más intenso) suele ubicarse entre un 2 – 3 de intensidad.

En fase posterior a los tratamientos pueden existir leves molestias que pueden durar hasta la primera semana post tratamiento. Nada que un paracetamol no pueda calmar si se precisa. Si el paciente llegase a presentar una sensación dolorosa muy elevada en la zona tratada, durante las primeras 72 horas posterior al procedimiento, deberá comunicarse con su médico lo antes posible para evitar complicaciones, ya que pudiese tratarse de un signo de alarma!

Ser consciente de la naturaleza de los procedimientos a los cuales te vas a someter y comprender que desencadenan estímulos dolorosos leves, pero muy bien tolerados, ayuda a vencer el miedo y a tener una mejor experiencia durante los tratamientos.

Con respecto a los hematomas

La cara es una parte del cuerpo que cuenta con muchos vasos sanguíneos. De hecho si alguna vez has presenciado un accidente que afecte la cara, podrás haber notado cómo incluso pequeñas heridas pueden conllevar a sangrados importantes que se pueden categorizar como abundantes o escandalosos. No solo hay una red arterial, sino también una red venosa, centenares de ramificaciones duplicadas en dos sistemas, que viajan a distintos planos de profundidad a lo largo de toda la cara.

Si se llega a lacerar un vaso sanguíneo la sangre se extravasa (se sale de su vaso o conducto) y se produce un hematoma. Nadie está exento, ningún paciente ni tampoco el médico más experimentado. Por si fuera poco, los trayectos de los vasos sanguíneos pueden variar de individuo a individuo, pueden modificarse tras cirugías previas (por ejemplo rinoplastias) o simplemente ser variantes anatómicas.

Las probabilidades estadísticas de presentar hematomas son altas, casi un 50% con cada punción. Lo más importante para disminuir los riesgos, es acudir a un profesional calificado y actualizado. Que cuente con conocimientos de anatomía y que manipule los tejidos con gentileza. Utilizando técnicas actuales y materiales de calidad, ofreciendo a sus pacientes tratamientos seguros. Otro factor que puede ayudar, es intentar estar lo más quieto posible durante el procedimiento, ya que movimientos súbitos de la cara o el cuerpo, ponen en riesgo tanto al paciente como al médico de accidentes. Pero aun así hay que comprender que los hematomas pueden suceder.

De acontecer suelen durar 21 días, variando camaleonicamente de tono desde lo más oscuro hasta lo más claro. En mi experiencia profesional no suelen ser masivos. Las primeras 96 horas suelen ser más aparatosas, pero a la semana se resuelven en un 60% a un 70%. El uso de hielo durante periodos cortos (10 a 15 minutos) de forma repetida varias veces al día y de antiinflamatorios tópicos como la crema de árnica, puede ayudar a una resolución más rápida del proceso. El uso de maquillaje en fases iniciales puede ayudar a enmascararlos.

¿Permanente?

Realmente, el uso de materiales permanentes inyectados es una apuesta del pasado. Demostró resultados desfavorables y un gran daño para la salud; no solo física sino mental de muchos pacientes que fueron sometidos a estas tecnologías. Si no sabes sobre que me estoy refiriendo les invito a investigar sobre biopolímeros (metacrilato, silicona) y su impacto negativo sobre la salud.

Comprender que la vida es dinámica, es un factor muy importante a tener en cuenta con respecto a la realización de tratamientos faciales, sobre todo aquellos que impliquen sustancias de relleno o fillers (en inglés). A lo que me refiero con esto es que a pesar de los buenos hábitos (alimentación y estilo de vida) que tengamos y de los tratamientos que realizamos el proceso de envejecimiento no cesa, no hay botón de stop!

Por lo tanto, la cara que tenemos hoy será diferente a la que tendremos en diez años o en veinte años. Por ende, las necesidades de los tejidos serán distintas con el paso del tiempo, al igual que los tratamientos y las dosis para los mismos. Por esta razón, estandarizar los procedimientos es algo muy complejo y deben ser adaptados a las necesidades de cada individuo.

El hecho de que un tratamiento no sea permanente le proporciona la seguridad al paciente. Si por cualquier razón o motivo no le gustan sus resultados, estos desvanecerán con el tiempo y volverá a su estado original; no empeorara como suelen preguntarme algunos pacientes. Aunque si mejorara su calidad de piel, ya que hay algunos estudios que avalan el hecho de que el HA (hyaluronic acid o ácido hialurónico en español) estimula la síntesis de colágeno.

En resumen, los materiales de relleno permanentes que son inyectados en el cuerpo, no son seguros y pueden perjudicar la salud de las personas, produciendo deformidades que solo se podrán solventar (Y no es en todos los casos) mediante su extracción por cirugía. Esto puede generar cicatrices que pueden ser impredecibles y que sí serán permanentes o tarden muchos años en desvanecer.

Sobre el aspecto monetario

“Lo barato sale caro”, es una frase que resuena en mi mente cuando personalmente me corresponde hacer una inversión. Si de paso se tratase de mi cara (mi carta de presentación ante el mundo) fuera un poco más cauteloso a la hora de escatimar en mis tratamientos.

No me refiero a que “lo más caro sea lo mejor”, pero sí a ser consecuentes. Un punto a entender es que los precios en esta rama de la medicina son elevados. En parte porque las tecnologías y los materiales que utilizamos en el proceso presentan un coste elevado. Por otra parte y probablemente uno de los factores más importantes a tomar en cuenta a la hora de elegir tu médico estético; es la formación y experiencia del profesional que estas eligiendo.

¿Posee título médico?

¿Posee alguna otra subespecialización médica acreditada vía MIR?

¿Es miembro activo del colegio de médicos?

¿Es miembro activo de la SEME (sociedad española de medicina estética) o de alguna otra asociación profesional con reconocimiento nacional o internacional?

¿Asiste a jornadas de actualización continuada?

Como pueden apreciar son variables que requieren de mucho trabajo, esfuerzo y dinero para alcanzar. No eximen a nadie de riesgos, pero sí aportan seguridad, tranquilidad, confort y buenos resultados a ustedes nuestros pacientes.

Así que antes de elegir un tratamiento en un centro no calificado, por presentar un precio más económico, se audaz e inteligente y verifica a tu centro y a tu médico. Recuerda que tratamientos realizados por personas inexpertas pueden generar lesiones que dejen cicatrices o marcas permanentes, que sí serán muy complicadas y costosas de remediar.

Próximamente seguiré generando más entradas de interés. Pero me encantaría saber mas de ti! Si tienes alguna consulta, no dudes en escribirme que responderé tu mensaje, o solicita tu primera visita totalmente gratis y podré resolver tus preguntas personalmente.

Saludos,

Dr. Carlos Zito