Cada día es mayor el número de personas que acuden a mi consulta solicitando una valoración y un plan de tratamiento que se ajuste a sus necesidades, exponiendome un “¿Doctor y usted qué cree que yo necesito?”. La respuesta a esta pregunta es complicada pero no imposible. El proceso de envejecimiento produce cambios puntuales en todas las estructuras corporales. Estos cambios suceden orquestrados como una reacción en cadena, y al sumarse, los resultados tienen un impacto negativo sobre el cuerpo humano en su totalidad.

Es decir no envejezco por que me aparecen arrugas en la frente, o un surco nasogeniano muy pronunciado, estos son simplemente signos de envejecimiento, que es un proceso complejo, constante y continuo, que inicia desde el momento en que nacemos. Comprender cuales son estos cambios, cómo empiezan a manifestarse con los años y conocer en qué punto de la línea de tiempo me encuentro, son variables muy útiles para poder identificar qué tipo de tratamiento necesito hoy y cual puedo llegar a necesitar más adelante.

En nuestro rostro existen distintas zonas y planos, que van desde lo más profundo (hueso) hasta lo más superficial (la piel) y cada una de estos planos, y su comportamiento individual, representa todo un reto para el médico a la hora de planificar tratamientos. Con el tiempo las estructuras que componen la cara se desgastan y pierden tamaño, esto es muy evidente si realizamos una comparación entre un niño y un anciano; el niño tendrá naturalmente la cara muy plena con silueta más redondeada y el anciano tiende a presentar una cara más delgada, con hundimientos, surcos, ángulos más agudos, y zonas con flacidez muy notoria.

Es importante para mis pacientes a la hora de generar la pregunta del millón, comprender las diferentes rutas que existen dentro de la medicina estética mínimamente invasiva. Cuando la cara presenta muchos hundimientos y surcos, hay que empezar a reestructurar los cimientos, trabajando desde lo profundo hasta lo más superficial. Es decir desde el hueso que es donde se apoyan el resto de estructuras, así como el tejido graso que se va atrofiando con el tiempo y así lograr reponer el tejido estructural que se ha perdido. Hay pacientes que requieren mejorar la flacidez y resaltar su silueta de su cara mediante lo que llaman en ingles countouring que vendría siendo contornear el rostro, creando un lifting no quirúrgico que redefine y mejora la silueta facial. Existen otros pacientes que requieren simplemente embellecer ciertas partes de su rostro como pueden ser los labios o una nariz por dar algún ejemplo. Otras casos requieren crear una nueva estructura que nunca ha existido, como puede ser el caso de un mentón. Muchas veces hay que combinar tratamientos para lograr armonizar y balancear el rostro. Luego está la piel que es un mundo aparte. Es el órgano más grande del cuerpo humano y están descritas cientos de alteraciones desde la simple deshidratación, como trastornos de la coloración, arañas vasculares, lunares solo por mencionar algunos.

Ejemplo 1

Una persona con signos de envejecimiento muy marcados representa mayor dificultad técnica y sus tratamientos serán más complejos y generalmente más costosos ya que requieren de mayor cantidad de producto y de tiempo técnico del médico para alcanzar los mismos objetivos que otros pacientes con los mismos problemas pero de menor severidad. No todas las personas somos iguales, es verdad, pero el proceso de envejecimiento si nos afecta de la misma forma a todos, en mayor o menor grado, mas rapido o mas lento, pero todos los seres humanos estamos destinados a envejecer.

Es por esto que para conseguir buenos resultados y adquirir un aspecto saludable, más energético, positivo y natural, se deben realizar tratamientos integrales, respetando un orden sistemático, mediante un abordaje inteligente, pensado para adaptarse a las necesidades individuales de cada caso. Esto permitirá optimizar el tratamiento al máximo, obteniendo mejores resultados, así como un mayor grado de satisfacción por parte del paciente. Otro hecho real es que existen diversas tecnologías que pueden abordar un mismo problema desde distintos ángulos. Esto se puede prestar a confusión, pero precisamente ahí radica nuestra labor como médicos en orientar y guiar al paciente mediante las diferentes opciones terapéuticas que están disponibles. Usualmente existen indicaciones concretas que sirven como punto de apoyo a la hora decidir sobre cuál tratamiento elegir para cada caso.

Desde mi punto de vista personal todos los pacientes necesitan más información. Información veraz y útil, que les acerque más a las nuevas tecnologías, para que puedan empezar a gozar de los beneficios de estas terapias. Para que puedan dejar atrás los tabúes sociales y farmacológicos que limitan a las personas al uso de medicamentos como botox o el ácido hialurónico por temores fundamentados principalmente en la desinformación y la mala publicidad. Información que les ayude a los pacientes comprender que este es un mundo médico basado en la ciencia, que está en continuo avance, por lo tanto es muy dinámico y cambiante. El resultado será una mayor compenetración y entendimiento entre el médico y el paciente, para intentar generar esa sintonía y comprender las necesidades individuales de cada persona, entender sus expectativas, y poder entregar tratamientos que generen los resultados deseados.

Si quieres conocer qué plan de tratamiento se adapta mejor a tus necesidades, no dudes en solicitar una visita, en donde tras una valoración inicial y un análisis facial podré estructurar el plan de tratamiento que se ajuste mejor a ti.

¡Nos vemos en la consulta!

Dr. Carlos Zito